La población mundial de abejas transita por una pendiente cuesta abajo, situación que pone en riesgo la seguridad alimentaria. Las causas son diversas y van desde el impacto del uso excesivo de pesticidas hasta el cambio climático, que acentúa los periodos de lluvia, sequía y altera los ritmos de floración y producción de néctar y polen, principal sustento para las abejas.