El 21 de marzo, regalar flores amarillas se ha convertido en una práctica especial que celebra la llegada de la primavera en el hemisferio norte. Este gesto, cargado de simbolismo, representa alegría, esperanza y nuevos comienzos. Su origen está relacionado con la telenovela argentina Floricienta, emitida entre 2004 y 2005, donde la protagonista deseaba recibir flores amarillas como símbolo de amor ideal.
Con el paso del tiempo, esta tradición se popularizó a través de redes sociales y se adaptó en distintos países. En México, coincide con el equinoccio de primavera, donde flores como girasoles y margaritas simbolizan optimismo, felicidad y amistad. Actualmente, esta costumbre es especialmente popular entre la Generación Z y jóvenes adultos, quienes la han adoptado como una forma de expresión en plataformas como TikTok e Instagram.