Esta temporada de estiaje se acostumbra que para preparar las tierras para la siembra se queman estos espacios, esta práctica es conocida como roza, tumba y quema, se realiza de manera controlada, se podría creer que los insectos y animales que están en estas zonas se podrían ver afectados, sin embargo, no es así.
La bióloga y encargada del programa de difusión del Instituto de Ecología de la UNAM, Gabriela Jiménez Casas, aseguró: "Sienten el movimiento extra que está sucediendo y se van al lado contrario de donde lo están sintiendo entonces la pérdida de insectos por efecto de roza tumba y quema no existe".
Esta sensibilidad que tienen los insectos y animales para moverse en cuanto hay un cambio en el ambiente, les ayuda a sobrevivir, el problema ocurre cuando estas quemas se realizan para el cambio de uso de suelo por que empiezan a desplazar a los insectos a zonas en las que anteriormente no se encontraban o por lo menos no en las mismas cantidades y podrían ser considerados una plaga, esto mismo ocurre con las enfermedades que afectan a la vegetación.
Gabriela Jiménez Casas, comentó "Se rompió ahí la vegetación ahí ya se rompió un eslabón entonces va a estar afectando los demás."
Este problema está afectando en el municipio de Jiquilpan, con la tala y quema de espacios en el cerro de San Francisco, las enfermedades e insectos han sido desplazados, cada vez más cerca de la ciudad, afectando a la vegetación y parcelas del municipio.