La irrupción pública del crimen organizado en Michoacán, ha puesto a la entidad como una de las más violentas a nivel nacional, y también ha clasificado algunos municipios como los más peligrosos para transitar, por la desaparición de personas, los homicidios dolosos y la disputa de territorios para la comercialización de drogas, a tal grado de restringir sitios lúdicos para que los niños y adolescentes se desarrollen sanamente, provocando que en muchos casos los jóvenes se enfilen a los grupos criminales, para tener recursos económicos.
En algunas comunidades los niños y adolescentes abandonan las escuelas para trabajar como ayudantes en fábricas o huertas de frutillas, buscando mejorar su economía familiar.
Lo anterior propicia que los infantes busquen la puerta fácil e incursionen como vendedores de droga, situación que se ha visto en la conurbación Zamora-Jacona con las ejecuciones de adolescentes de 13 a 17 años.