Trabajar en los campos agrícolas es una de las realidades de muchos niños mexicanos, de niños que dejaron la escuela por problemas económicos, inseguridad o migración.
Con sus pequeñas manos, manchadas de fresa, lodo y maltratadas por cargar el peso de los botes de fruta, Miguel Ángel a sus 11 años, ya recorre los surcos de tierra.
Es el segundo de cinco hermanos, no le gustó la escuela, todos los días se despierta a las 5:30 de la mañana para tomar el transporte que lo llevará a su lugar de trabajo.
"A penas tengo dos meses y corto la fresa, o si no a veces a meter horas sino nos dicen que nos dicen que nos quedemos para quitar los hules de los túneles".
Cristal tiene 14 años, también abandono los estudios, ahora debe despertarse a las 6 de la mañana para irse a trabajar y ayudar con los gastos de su casa.
"Ahorita ando en la fresa, por que estábamos repellando, pero ya nos cambiaron a la fresa'
En México, hay 3.26 millones de personas de entre 5 y 17 años en situación de trabajo infantil. Fuente: INEGI
Un fenómeno que afecta a una de cada 10 niñas, niños y adolescentes.
El coordinador tejiendo redes infancia en América Latina y Caribe, Juan Martín Pérez García señaló: Destaca con mucha fuerza la presencia de trabajo agrícola y otro elemento muy preocupante es que al menos la mitad de todos ellos, de todas ellas, no reciben ingreso por su trabajo"..
La falta de apoyos gubernamentales, los pocos recursos de la Secretaría del Trabajo que es la encargada de garantizar la seguridad de los niños y la población jornalera, guarderías para hijos de jornaleros agrícolas, incrementa la permanencia de los niños y niñas en la agricultura.
El investigador y sociólogo rural Celso Ortiz Marín, explicó que, "la Secretaría del Trabajo y previsión social no tiene la capacidad, ni los recursos suficientes para poder hacer inspecciones en los centros de trabajo".
La mayoría de los niños y niñas realizan actividades no permitidas, por los horarios, uso de fertilizantes o pesticidas que pueden afectar su salud.