Para mitigar el impacto que el uso excesivo de agroquímicos y pesticidas ha generado al suelo agrícola de Michoacán, especialistas en sanidad vegetal promueven el uso de fosfitos como una nueva alternativa para el combate de plagas, ya que además de tener un efecto fúngico y bactericida, actúa como enrraizador natural, corrigiendo deficiencias de elementos minerales en los cultivos, especialmente en la fresa.
Los fosfitos empleados en la agricultura son compuestos que resultan de la reacción del ácido fosforoso con iones metales (potasio, calcio, magnesio, manganeso, cobre, zinc, aluminio, entre otros), considerados como fuente importante de nutrimentos para los cultivos. Su uso en la agricultura ha crecido por los múltiples beneficios que se han conseguido con su aplicación en diferentes cultivos. Son inductores de resistencia y tienen efectos biocidas en hongos fitopatógenos.
Los fosfitos no sustituyen a los fungicidas en ataques severos de hongos, pero representan una estrategia complementaria para reducir su uso, contribuyendo así a la protección del medio ambiente.
Los fosfitos tienen gran importancia en la sanidad vegetal, ya que presentan un efecto fungicida frente a hongos del grupo de los Oomicetos, son acarreadores de nutrientes como potasio, calcio, entre otros; también son antiestresantes y una excelente fuente de fósforo en el suelo a mediano plazo (3 a 4 meses) una vez que se transforma a fosfato.
La tecnología del uso de fosfitos en combinación con otros fungicidas y fertilizantes foliares es técnicamente lo más recomendable para obtener altos rendimientos, debido a la falta de rotaciones en los cultivos y a las condiciones climáticas predeterminadas. La acción del fósforo en forma de ión fosfito combinado con potasio, calcio, magnesio, manganeso, zinc o cobre, tiene varios efectos beneficiosos para las plantas. Por un lado actúa como fungicida y bactericida y por el otro permite corregir carencias de elementos minerales.