Pese al frío que se sintió desde muy temprano, los feligreses fueron llegando a cada templo de la Diócesis de Zamora desde las 7:30 de la mañana, para participar en la celebración penitencial del miércoles de ceniza, en el caso de la Catedral la misa fue oficiada por el obispo Javier Navarro Rodríguez. Aunque debido a la contingencia sanitaria por el COVID-19 el rito fue diferente, los sacerdotes tienen la encomienda de reforzar los protocolos sanitarios.
Los templos estarán abiertos durante todo el día hasta las 7 de la noche para que los católicos, que así lo deseen, puedan llevar porciones individuales de ceniza a sus casas.
Los parroquianos dieron la bienvenida a la cuaresma, tiempo para reflexionar y orar especialmente por los familiares que están enfermos y por los que ya no están. Vieron con buenos ojos las medidas sanitarias implementadas en el templo.