Seguramente más de alguna vez has visto a alguien comerse las uñas o incluso tu lo has llegado a hacer, se le conoce como onicofagia, puede considerarse algo inofensivo incluso como un hábito, sin embargo, esto tiene repercusiones en el cuerpo de maneras que no podrías haber imaginado
Es común ver este comportamiento en los niños, hacerlo como una conducta repetitiva a temprana edad provoca el movimiento de las piezas dentales, interfiriendo en una correcta alineación de los dientes para una sana mordida, complicando la limpieza bucal
El hecho de morderse las uñas no necesariamente constituye una patología, puede ser un mal hábito, pero cuando se presentan repercusiones en las características físicas de los dedos y uñas, entonces ya se podría hablar de un trastorno obsesivo compulsivo
Uñas frágiles, quebradizas, con una disminución de hasta el 30% en su crecimiento, así como desgaste del esmalte de los dientes e infecciones orales, son algunas de las consecuencias de la onicofagia
Hay productos para evitar morderse las uñas como los esmaltes con sabores amargos, sin embargo, lo ideal es buscar ayuda con un profesional de la salud mental si estamos viendo que nuestros dedos están teniendo afectaciones.